De corazas y escudos.
Obviamente la vida no es sencilla. Nos enfrentamos en ocasiones a batallas que superan nuestros recursos y de forma inconsciente nos hacen colocarnos un escudo que nos facilite el aguantar las embestidas para que el daño sufrido sea menor. Eso es algo natural y sano que usamos como mecanismo de defensa. El problema surge cuando