Navidad, ausencias y encuentros
Estas fechas suponen para muchos de nosotros un fuerte reto emocional. Guardamos nuestros recuerdos de cuando la Navidad se traducía en luces brillantes, villancicos familiares, regalos, bandejas rebosantes de dulces, vacaciones y grandes mesas con la gente a la que queremos… sin embargo con los años y la ausencia física de las personas imprescindibles para nosotros vamos perdiendo parte de esa ilusión y se convierte en un momento agridulce ya que aunque tratemos de mantener la alegría por los que quedan, interiormente nos supone un gran desafío no dejarnos llevar por la nostalgia y en ocasiones el desánimo.
Es inevitable echarles de menos. Da igual el tiempo que haya pasado desde que esa persona se fue. Los sentimientos están a flor de piel y no debes preocuparte por el hecho de que percibas tu tristeza aún mas intensamente estos días. Es parte del duelo personal que cada uno llevamos por dentro y que vivimos y expresamos de manera diferente.
Tienes que permitirte y respetar tus reacciones y las de los demás ya que encontrarás que puede que otras personas muestren rabia, llanto o por el contrario humor o indiferencia… no debes juzgarles ni juzgarte, ya que el verdadero duelo se vive interiormente y los mecanismos que utilizamos para aliviarlo son diferentes dependiendo de nuestro carácter y del momento que estemos viviendo, eso no significa que no les importe o que hayan olvidado, simplemente lo intentan afrontar de manera distinta.
Busca tu bienestar y trata de evitar presiones adicionales estos días, de no cargarte con responsabilidades y múltiples tareas de organización para las que quizás no estés preparado.
Por otro lado, aunque puede que el cuerpo te pida aislarte y dejar que el tiempo pase lo más rápido posible, busca el apoyo y compañía de quienes te aporten calor y cariño, y no dejes que afloren en ti sentimientos de culpa por el hecho de lograr pasarlo bien en algunos momentos. Es frecuente que algunas personas piensen: “¿Cómo puedo estar disfrutando si ya no está esa persona?”. Esos sentimientos solo bloquearán los buenos ratos que puedas obtener del encuentro con los demás y no te ayudarán en absoluto.
Y por último, un consejo personal que, en mi experiencia estos dos últimos años, me ha confortado mucho… permítete sentir a esa persona cerca tuya en las pequeñas cosas. Puedes encontrarla en los gestos de las personas que quieres, en una canción que te provoque ganas de bailar, en una película que te emocione, en un abrazo, en el sabor de ese estupendo guiso, en la sensación agradable de un momento especial. Cuando disfrutes, te rías o te ilusiones date cuenta de que la energía de esa persona está ahí acompañandote en tu día a día… que te impulsa, te apoya y consuela. Puede que incluso notes que la tienes más cerca que nunca.
No existe una forma mejor ni peor de afrontar las fiestas navideñas. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros, consiguiendo que no impliquen un dolor añadido al de la ausencia.
Os deseo a todos una feliz Navidad, en la que os sintáis acompañados por aquellos que queréis y que están cerca y por aquellos que están un poco (pero sólo un poco) más lejos.