Vive tu día.
Ayer regresamos de nuestra deliciosa escapada a Paris. La mezcla entre todo lo que tenía para ofrecernos esa preciosa ciudad y nuestra incansable curiosidad nos ha llevado a recorrer muchos kilómetros callejeando hasta que nuestras piernas ya no nos respondían. Sin embargo hoy me observo y sorprendentemente me siento más descansada que nunca. ¿Cómo puede ser?
Creo que lo mejor de estos días, lo que ha hecho que los exprima y disfrute tanto, ha sido el conseguir desconectar de pasado y futuro centrándome en saborear únicamente en lo que estaba viviendo en cada momento.
Pienso que a menudo vivimos en modo “piloto automático” y pasamos la mayor parte de nuestro tiempo mentalmente ausentes lo que hace que al acabar el día, terminemos con una extraña sensación de vacío.
He leído que nuestra mente invierte alrededor del 70% de su tiempo en reproducir memorias y crear escenarios de “momentos perfectos” mientras que solo dedicamos un 30% del tiempo a vivir realmente lo que está ocurriendo.
Por ejemplo, me encuentro que frecuentemente en vez de poner toda nuestra atención a la conversación que estamos teniendo nuestra mente divaga hacia pensamientos ajenos al momento actual, como planificar lo que tenemos que hacer después.
Hasta llegamos al extremo de angustiarnos por cosas negativas que tal vez puedan pasar. Luego, lo que temíamos, a menudo no sucede, pero el tiempo que hemos gastado y sufrido preocupándonos no lo podemos recuperar jamás. El polo opuesto lo encontramos cuando perdemos toda nuestra energía mental dando vueltas al pasado, o añoramos los viejos tiempos o nos mortificamos por lo que podría haber sido.
Si estás viviendo tu vida a medias, tú mismo te estás robando la posibilidad de vivir grandes experiencias. Estos días, el estar centrada en el presente me ha permitido disfrutar más intensamente de la “magia” de cada detalle. De lo contrario, simplemente veremos pasar la sucesión automática e interminable de horas y días como un espectador pasivo.
Hoy es lo único que tenemos seguro. Aprende a poner atención plena a todo lo que hagas momento a momento, disfrútalo, vive tu día consciente, despierto y atento. Prioriza. Actúa. Proponte metas reales y alcanzables. Dedícate tiempo a ti. Relájate, borra de tu lista aquellas cosas por hacer que realmente no eran tan importantes. Ríete. Si no consigues algo que te has propuesto, piensa en todo lo que has aprendido durante el camino.
El secreto de la felicidad consiste en abrir los ojos a todas esas cosas que están sucediendo ahora.
“Solo hay dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto HOY es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente VIVIR.”- Dalai Lama.